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Primeras instituciones cubanas (página 2)



Partes: 1, 2

Instituciones
dedicadas al desarrollo
Económico.

Se inauguró en 1772 como Real Casa de Correos y
posteriormente se instaló allí la Real Intendencia
de Hacienda que se estableció en la ciudad, por vía
de ensayo. Ambos
proyectos
estaban dirigidos por el mismo funcionario, el Intendente de
Hacienda. entre sus funciones se
encontraban comunicar a la Secretaría de la
Contaduría Central y a los Administradores de Hacienda las
órdenes y avisos de los pagos verificados por la
Tesorería General y por las respectivas administraciones,
expedir libramientos, autorizar los libramientos de las
ordenaciones de guerra y
marina, disponer el orden en que debían ejecutarse los
pagos por las cajas del tesoro, ejercer el cargo de cajero de la
Tesorería General, distribución del fondo y las cuentas de las
deudas flotantes del tesoro.
CONTIENE: licencias, solicitudes de crédito, pagos dispuestos por la Hacienda,
entre otros documentos.

REAL CONSULADO DE AGRICULTURA, INDUSTRIA Y
COMERCIO Y JUNTA DE FOMENTO 1779-1877

El Real Consulado de Agricultura, Industria y Comercio y
Junta de Fomento fue creado por Real Cédula del 4 de abril
de 1794. Se ocupó en sus inicios de las funciones
concernientes al Real Consulado. En 1831 se separaron y el Real
Consulado ocupó las funciones del Tribunal Mercantil y la
Junta veló por la promoción de todos los posibles adelantos
en la agricultura y el comercio.

CONTIENE: documentación referida a la construcción de caminos, regadíos y
aplicación de los adelantos científicos en la
industria y la agricultura. Además incluye libros de
relación de privilegios e introducción de nuevas maquinarias, entre
otros documentos.

Primeras Instituciones dedicadas al
mejoramiento cultural.

  • La Sociedad
    Económica Amigos del País o Sociedad
    Patriótica de la Habana.

 

La Sociedad Económica Amigos del País o
Sociedad Patriótica de la Habana.

El desarrollo
alcanzado en España por
la burguesía manufacturera determina que ésta se
organice en toda la península en Sociedades
Económicas de Amigos del País. Esta nueva clase social
que acababa de nacer en Cuba como
resultado de la transformación de las relaciones
económicas de producción en la isla, siente
también la necesidad de la creación de
instituciones de este tipo y así el 13 de septiembre de
1787 se establece la primera en Santiago de Cuba y seis
años después por Decreto de Carlos IV de 6 de junio
de 1792 se instala el 9 de enero de 1793 la Real Sociedad
Patriótica de Amigos del País de La
Habana.

Esta corporación que tenía como
principales miras el promover la educación
pública, mejorar la industria y la agricultura y ofrecer
medidas para aumentar el comercio, al decir de don Fernando
Ortiz, va a ayudar a "los países a convertirse en patrias"
desvinculándolos de la personificación
monárquica. La Sociedad va a actuar como una
institución predominantemente cubana, siempre dispuesta a
la defensa de los intereses de la isla, en contra si era preciso
de los privilegios peninsulares y de las imposiciones del
gobierno
hispano, siendo gobernador de la isla Luís de las Casas, a
quien se designó en el acto de constitución de la Sociedad como Socio y
Primer Presidente de Honor y Socio Protector del Cuerpo
Patriótico.

Fueron socios fundadores, entre otros, Francisco Joseph
Basabe, Juan Manuel 0'Farrill, el conde de Casa Montalvo,
Francisco A rango y Parreño, Diego de la Barrera, José
Agustín Caballero, Antonio Robledo, Tomás Romay
y Luís Peñalver, su primer director.

Durante su larga existencia tuvo diferentes nombres:
Sociedad Patriótica de la Havana (1793-1795; mayo
1838-abril 1843); Real Sociedad Económica de la Habana
(1817-1823; enero 1846-junio 1849); Sociedad Económica de
la Habana (1824-1825; mayo 1843-noviembre 1845); Real Sociedad
Patriótica de la Habana (noviembre 1835-abril 1838); Real
Sociedad Económica de la Habana (enero 1846-junio 1849);
Reales Junta de Fomento y Sociedad Económica de la Habana
( julio 1849-1850); Real Junta de Fomento y Sociedad
Económica de la Habana (1851-1853); Real Junta de Fomento
y Real Sociedad Económica de la Habana (noviembre
1853-1857); Real Junta de Fomento y Real Sociedad
Económica (1858-1863); Real Sociedad Económica
(1864-1866); Real Sociedad Económica de Amigos del
País de la Habana (noviembre 1877-diciembre
1896).

A partir de 1899 se la designó con el nombre de
Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana.
Las secciones permanentes con que contó la
corporación en su inicio fueron las de Educación, Estudios
Económicos, Estudios Sociales y Literatura, Historia y Bellas Artes.
También creó las de Ciencia,
Agricultura, Industria Popular y Hermosura del Pueblo y
Comercio.

Los objetivos que
llevaron a un grupo de
habaneros ilustres a solicitar la creación de esta
sociedad pueden considerarse de índole económica,
cultural y social, fundamentalmente. Dado el atraso existente en
la Cuba colonial, los Amigos del País se preocuparon por
tratar de solucionar los problemas que
afectaban al desarrollo de la industria, la agricultura y el
comercio. Para lograr sus propósitos nombraron comisiones
que salieron al extranjero con el fin de estudiar los progresos
materiales de
las naciones más adelantadas. Además, promovieron
la enseñanza de la botánica, importaron máquinas y
utensilios hasta entonces desconocidos para labrar la tierra;
introdujeron nuevos métodos
para el cultivo de la caña de azúcar
y lucharon a favor del establecimiento del ferrocarril, por la
supresión de impuestos a las
industrias
nacientes y por el cese del estanco del tabaco.

Aportes a la Medicina.

En cuanto a la Medicina podemos decir que al finalizar
el siglo XVIII nuestros estudios médicos estaban
prácticamente en las mismas condiciones que en el primer
tercio de la centuria, cuando RRPP; de la orden de predicadores
fundaron la Real y Pontificia Universidad de
San jerónimo en el Convento de San Juan de Letrán.
Con el grado de Bachiller en Artes se ingresaba a cursar
medicina, enseñándose las clásicas doctrinas
de Aristóteles en lo tocante a la física y de Plirio en
lo relativo a la Historia Natural.

La anatomía se
enseñaba solo teóricamente sin que los alumnos
visitaran jamás una sala de disección. La
nosografía y la semiótica se remontaban a la época
coata y a la escuela de
Alejandría. La asignatura de Mathodus Madendi se
dividía en dos partes dietética y
farmacéutica.

Para la elaboración de los nuevos planes y
estrategias con
los que la Sociedad Económica Amigos del País de La
Habana pretendía revolucionar los sistemas de
educación médicos, sus miembros se basaron en las
nuevas ideas y corrientes renovadoras que en el siglo XVIII y
alrededor del mundo fueron apareciendo, acompañados de
figuras como:

Francisco Glisson, Albert de Haller, Broussais, Van
Helmont, Franciois Dubais y Shall, todos brillantes
investigadores y que con sus teorías
contribuyen al desarrollo medico universal.

La Sociedad Económica Amigos del País de
La Habana desde sus primeros se preocupó sobremanera por
los dos problemas principales de la epidemiología del
país: la viruela y la fiebre
amarilla.

Sobre esta última enfermedad, endémica
desde 1649, encargaría un estudio al miembro de
número doctor Tomás Romay Chacón, que fue
leído ante ella el 5 de abril de 1797 y que al ser
publicado ese año con el largo nombre de
Disertación sobre la fiebre amarilla llamada vulgarmente
mito Negro,
enfermedad endémica de las Indias Occidentales dio inicio
a la literatura médica científica
cubana.

La labor realizada por la Sociedad en el
conocimiento e introducción de la vacunación
antivariólica en nuestro país es de capital
importancia. El 4 de febrero de 1802 la institución
encarga al doctor Romay que emita su opinión sobre una
Memoria
impresa en Madrid,
acabada de recibir, sobre el uso y propagación de la
vacuna. El informe favorable
del doctor Romay dio inicio a activas acciones que
condujeron en 1804 al comienzo de la vacunación
antivariólica en Cuba y a la fundación, por la
Sociedad ese mismo año, de la Junta Central de
Vacunación de La Habana. Este paso de avance, puede
considerarse como el jalón inicial de nuestra higiene
pública, como la primera medida general de carácter sanitario gracias a Sociedad
Económica de Amigos del País y a la labor tesonera
de sus miembros.

Esta Junta Central de Vacunación actuó
siempre en estrecha dependencia con la Sociedad y sus gastos fueron
sufragados totalmente por ella a falta de la adecuada
subvención por el gobierno colonial.

Lo defectuoso de la enseñanza médica en la
Real y Pontificia Universidad de La Habana hizo que la Sociedad
tratara de remediarla en todo cuanto pudo. Así
logró obtener que por Real Orden se le autorizara la
creación de una cátedra de Anatomía
Práctica, de que carecía la Universidad, en el
Hospital Militar de "San Ambrosio" en La Habana, la que se
inauguró en 1797.

En 1924 bajo el auspicio de la Sociedad Económica
de Amigos del País se inauguro la Cátedra de
Cirugía de la Universidad, también se abrió
un curso de higiene pública y privada dándose
también lecciones de obstetricia.

Desde su nacimiento la cátedra instalada por la
Sociedad Económica de Amigos del País en el
Hospital Militar debido a sus estudios prácticos fue
superior a la Cátedra de Anatomía de la
Universidad.

  Cerrada esta cátedra, se logró
reabrir en 1819 y unirle en 1825 una de Obstetricia, cuyo estudio
no se había tratado entre nosotros, con demostraciones en
cadáveres, esqueletos y un maniquí construido al
efecto.

Esta nueva cátedra daría paso a que el 7
de junio de 1828 y bajo el patronato de la propia Sociedad se
inaugurara una Academia de Parteras en el Hospital de Mujeres de
San Francisco de Paula, con la que se logró una notable
mejoría en la asistencia a las parturientas pobres de La
Habana y sus alrededores, lo que motivó que en el
año 1833 se fundara otra en Puerto Príncipe, para
tratar de remediar en dicha ciudad el mismo mal, al tomarse como
muy bueno el ejemplo de la capital.

Por la época en que fueron explicadas las
cátedras de Anatomía Práctica y de
Obstetricia del Hospital de San Ambrosio por quien
llegaría a ser después una de las máximas
figuras de la medicina cubana, el doctor Nicolás J.
Gutiérrez y Hernández, se le agregaron a partir de
1839, otros dos cursos sobre Clínica Quirúrgica y
Grandes Operaciones de
Cirugía con demostraciones en los
cadáveres.

Desde 1816 la Sociedad estaba interesada en la
creación de una cátedra práctica de
Clínica Médica en el propio Hospital Militar para
lo que encargó al doctor Romay en 1818 redactar el
plan de
ejecución, lo cual realizó y presentó
éste a la institución ese mismo año; no
obstante lo cual, por las dilaciones del gobierno colonial no se
pudo inaugurar hasta 1834, explicada por el propio doctor
Romay.

Un hecho importante para la salud
pública de la época lo fue, también
promovido por la Real Sociedad Patriótica, la
fundación del Jardín Botánico de La Habana
el 30 de mayo de 1817, en los terrenos que hoy ocupa el Capitolio
Nacional, sede de nuestra actual Academia de Ciencias.

En esta institución se establecieron cursos de
botánica, a los cuales concurrieron estudiantes de
medicina y graduados, pues después de haber introducido
Carlos de Linneo radicales transformaciones en el campo de las
ciencias
naturales y de haberse aplicado esos conocimientos a la
medicina, principalmente como botánica médica, se
hacían éstos indispensables a los que
ejercían esta profesión.

En 1817 la Sociedad nombró una comisión
que promovió en el Jardín Botánico los
estudios y la siembra de plantas
medicinales que pudieran ser destinadas al tratamiento de los
enfermos en los hospitales.

JUNTAS CENTRAL Y SUBALTERNAS DE
VACUNACIÓN.

No se sabe con exactitud cuándo y por
quién se introdujo en nuestro país el método de
inoculación, pero sí se puede afirmar que ya en
1795 era conocido, pues una duda acerca de la eficacia e
inocuidad de éste se planteó en el Papel Periódico
de La Habana en ese año, y fue contestada por el doctor
Romay.

El inmortal trabajo en el
que Edward Jenner en 1798 anunció al mundo el
descubrimiento de la eficaz inoculación preventiva contra
la viruela, avalado con su experiencia de veinte años de
trabajo, no fue conocido por los médicos cubanos hasta
1802, quienes lograron por sus propios medios bajo la
dirección del doctor Romay, después
que éste obtuvo pus vaccinoso de unos niños
vacunados procedentes de Puerto Rico,
comenzar su distribución a distintas poblaciones de la
isla desde febrero de 1804.

Por eso al llegar a La Habana el 26 de mayo de ese
año la expedición mandada por el rey Carlos IV a
traer vacuna a sus colonias de América, a cuyo frente venía el
Cirujano de Cámara Real Francisco Xavier y Balmis,
éste quedó gratamente sorprendido al encontrar
propagada la vacuna en la Isla.

El 13 de julio de 1804 se estableció en La Habana
la Junta Central de Vacunación, de la que fue nombrado el
doctor Romay Secretario Facultativo y figura principal durante
toda la existencia de la institución.

Esta Junta cuya formación fue propuesta por el
doctor Balmis fue creada como ya dejamos dicho por la Real
Sociedad Patriótica de Amigos del País de La
Habana.

Su estructura
estaba dada por un Director que era el propio de la Sociedad
Patriótica, un Secretario Económico que lo
sería quien ocupara el mismo cargo en la Sociedad, cuatro
vocales facultativos de los que uno era elegido para Secretario
Facultativo y tres vocales no facultativos ya que el cuarto
correspondía al Secretario Económico.

La Junta debía reunirse una vez al mes para
deliberar y dos veces a la semana se llevarían a cabo
vacunaciones gratuitamente en la Casa Capitular o
Ayuntamiento.

Entre sus funciones estaba la de obtener, conservar y
aplicar la vacuna, remitir el pus vacuno entre cristales a las
distintas poblaciones del país y llevar el control
estadístico de toda esta labor, la que sería
informada anualmente ante la Real Sociedad Patriótica de
La Habana.

Otra función de
esta junta era la de vacunación obligatoria a todos los
esclavos llegados al puerto de la ciudad antes de permitirse su
venta por el
gobierno, a quien debían informar del estado en que
llegaban.

Si alguno hubiera padecido de viruelas naturales durante
el viaje se hacía observar a todos los tripulantes y
esclavos la más rigurosa cuarentena.

Desde su fundación esta Junta Central de
Vacunación contó para conservar el virus vacuno con
Juntas Subalternas en algunas de las principales ciudades del
país como: Santiago de Cuba, Trinidad, San Felipe y
Santiago (Bejucal), Santa María del Rosario,
Sancti-Spíritus, Santa Clara, Puerto Príncipe y San
Juan de los Remedios, así como vacunadores en muchos
pueblos menores.

La existencia de este organismo de la
administración de salud pública de la
colonia llegó hasta el año 1849 en que pasó
a formar parte de la estructura y funciones de las Juntas
Superior, Provinciales y Locales de Sanidad.

Como podemos apreciar en esta breve exposición
la Junta Central de Vacunación estuvo estrechamente unida
a la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País de
La Habana, a la cual se debió su fundación y
mantenimiento
económico, pues el gobierno colonial no empleó en
ella ningún recurso material durante toda su existencia y
es preciso decir que los cargos desempeñados por todos sus
miembros fueron con carácter honorario tanto en la Junta
Central como en las Subalternas.

La Sociedad Económica de Amigos del País
emprendió también la investigación de nuestras aguas minero
– medicinales destacándose las de Sandiego de los
Baños, Madruga, Cayabajos y las enfermedades del campo
fueron también serias preocupaciones de la Sociedad en las
que tomó participación muy destacada el doctor
Romay nombrando comisiones y publicando informes,
realizándose los primeros estudios que en Cuba se han
llevado a cavo sobre Hidrología Médica.

La creación de las cátedras de
Anatomía y Cirugía, la Reforma del Plan de Estudios
Universitario, la viabilidad de la Clínica Médica,
la valiosa cooperación prestada a la Academia de Ciencias,
la introducción de la vacuna, el establecimiento del Museo
Anatómico, el laboratorio de
Química,
el Jardín Botánico y la biblioteca con
gran trascendencia en el desarrollo de la medicina. Por tanto
Sociedad Económica de Amigos del País
impulsó y contribuyó enormemente al avance de la
cultura
médica.

Aportes a la
Cultura.

En Abril de 1793 la Sociedad Económica Amigos del
País de La Habana se hizo cargo del Papel
Periódico, que en un principio fue semanal y desde enero
de 1792 circulaba los Jueves y los Domingos; cambió su
nombre por el de El Aviso en 1806 y después llegó a
publicarse cotidianamente con el titulo de Diario de La Habana en
1910.

La Sociedad Económica Amigos del País
resolvió imprimir sus memorias en
fascículos anuales. El primero corresponde a
1793.

Interrumpidas esas memorias, años después
volvieron a ver la luz en forma de
publicación mensual desde 1817 y continuaron con algunas
interrupciones durante la mayor parte del siglo XIX. En ellas se
conservaron datos de sumo
interés
para el estudio de la cultura cubana, por cuyo engrandecimiento
realizó tan útiles esfuerzos la Sociedad
Económica Amigos del País.

Labor de la Sociedad Económica Amigos del
País en pro de la enseñanza.

La primera preocupación de la Sociedad
Económica Amigos del País fue la de mejorar las
condiciones de la enseñanza en Cuba. Sus empeños
parecieron estériles durante un tiempo en
buena parte por la oposición tenaz del obispo Felipe
José de Tres palacios que miraba con recelo toda obra
emprendida o patrocinada por Las Casas.

Años mas tarde la Sociedad Económica
Amigos del País pudo desenvolver sus iniciativas bajo
mejoras auspicios. El Marques de Someruelos nombrado
Capitán General en 1799 quiso emular el ejemplo de Las
Casas, cuyo mando había cesado en 1796 y el Obispo Tres
Palacios (fallecido en 1799) fue reemplazado en 1802 por Juan
José Díaz Espada y Londa que prestó calido
apoyo a la obra emprendida en favor de la enseñanza,
reformó el Seminario de San
Carlos y el Colegio de San Francisco, estableció las
primeras cátedras de Derecho Civil y
Matemáticas y aceptó la
dirección de la Sociedad Económica Amigos del
País.

El cargo de director de la Sociedad fue
desempeñado en 1816 por el Suplente de Hacienda Alejandro
Ramírez
cultivador de las letras y propulsor de la cultura publica: bajo
su inspiración se fundaron la Sección de
Educación de la Sociedad Económica Amigos del
País y la Academia de dibujo y
Pintura que en
honor suyo recibió el nombre de San Alejandro.

Muchos de los proyectos acariciados por la Sociedad
Económica Amigos del País pudieron realizarse
gracias al ciclo de Ramírez entre ellos la creación
del Jardín Botánico y el Museo Anatómico, la
fundación de una Cátedra de Economía
Política y de una escuela de
Química.

La Sociedad Económica Amigos del País
ejerció funciones económicas estatales en su
afán de prestar servicio
provechoso a la comunidad, fueron
sus miembros personalidades como Félix Varela y José
Antonio Saco.

Estimuló la cultura y la instrucción
popular en todas sus manifestaciones manteniendo la
veneración por los antepasados ilustres, avivando el
sentimiento de patriotismo y los supremos ideales de
civilización, justicia y
libertad.

Raimundo Cabrera afirmó:

Si esta sociedad pudo alcanzar tanto, si quiso y pudo
ser alma y brazo
del pueblo cubano, voluntad firme y acción
efectiva, para dar carácter y personalidad a
nuestro pueblo.

A pesar de disponer en un principio de limitados
recursos
ejerció la creación de una cátedra de
Economía
Política
que fomentara la Química, la Botánica, las
Matemáticas, creo la escuela de Obstetricia y de
Náutica, fundó la Academia de Pintura, Escultura y
Dibujo de San Alejandro, hizo brotar los mas importantes
instintos de carácter científico, agrario y
educativo.

Sus miembros con gran altruismo se convirtieron en
maestros incitadores, dejando una profunda huella en la
educación cubana.

A mediados del año 1790 llega a nuestro para
hacerse cargo de la capitanía general de la Isla el
Teniente General de los Reales Ejércitos Don Luís
de las Casas y Aragorri, hombre de
vastísima cultura y acrisoladas virtudes, su obra fue de
gran importancia para el desarrollo del país.

Al comenzar la Sociedad Económica de Amigos del
País sus labores abordó la modificación del
plan de estudios universitarios que databa de 1734. Ya en una
sesión del año 1795 el Padre Agustín
(José Agustín Caballero) pidió con
sólidos argumentos reformas completas en la
enseñanza.

En distintas ocasiones en el seno de la sociedad se
formularon planes que modificaban la forma de enseñar la
medicina, la física, la química y la Historia
Natural.

En 1840 con Nicolás José Gutiérrez
como director y gracias a la Sociedad Económica de Amigos
del País se funda la revista
Repertorio Médico cubano, dándole vida a la
prensa medica
cubana, como vía poderosa de cultura de la
profesión.

En 1861 y tras 30 años de esfuerzos de la
Sociedad Económica de Amigos del País se crea en la
habana la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y
Naturales.

Desde los primeros días de su fundación la
Sociedad Económica de Amigos del País
estableció una biblioteca que puso al servicio de todos
los amantes del estudio y cuando aun en nuestra ciudad no
existía prensa escrita, eran las Memorias de la Sociedad
Económica de Amigos del País, editadas desde los
primeros momentos el Órgano de Intercambio Profesional que
tenían los médicos de Cuba, donde se publicaban los
criterios originales, traducciones de obras, artículos
extranjeros y cuantos informes y noticias
circulaban de interés médico.

Aportes a la
Economía.

En el plano económico la Sociedad
Económica de Amigos del País abogó por la
verdadera y fundamental necesidad de nuestra patria, colocar su
estructura económica como cimiento básico de
la
organización política.

Sugirieron la continuada división y
subdivisión de la tierra y el
fomento del cultivo del café,
añil, algodón, lino y de la cera.

Se planteo una nueva estructuración de la
economía sustanciándose la tesis de la
diversificación frente al conocido monocultivo y en las
Memorias de la Sección Económica encontramos
el trabajo de
don Tomas Romay que culmina en la detallada cartilla de
colmeneros.

Las memorias sobre el cultivo del algodón del
cual se exporto en 1856, sesenta millones de quintales y en la
industria azucarera, básica de acuerdo con el programa de
Arango la Sociedad Económica Amigos del País
preparó las cartillas para los maestros de azúcar y
para los alambiqueros.

No solo se planteaban los problemas sobre la agricultura
sino que se trata por la sociedad de compaginar los criterios
aunando el cultivo simultáneo de los frutos mayores y
menores y además encontramos en las múltiples
memorias los principios de
independencia
económica en la lucha abierta con el monopolio
industrial de la metrópoli, al producirse, sobre la
mecanización de la industria, las construcciones de
ferrocarriles, la colonización, y lo que es aun mas
interesante, los conflictos
sobre la devastación forestal.

Es interesante señalar que el primer esquema de
un banco
agrícola, lo encontramos en las Memorias de la Sociedad
Económica Amigos del País por un autor
anónimo, siendo tan original el plan mismo en la
época.

El autor propone la fundación de un banco, en la
forma de una Sociedad Anónima, agregada, y esto es
significativo por su posición, a la Sociedad
Económica Amigos del País. El capital se
montaría en tres millones de pesos.

En la materia
económica abarcan la reforma tributaria. Sienta las
premisas de que los impuestos indirectos gravitan en
último resultado sobre el consumidor y que
en Cuba debían derogarse y sustituirse por un sistema
más sencillo y económico, el de la
contribución directa. También mencionan el problema
de la marina mercante y la construcción de
buques.

Estas soluciones
económicas fueron denegadas por la Metrópolis,
motivando su denegatoria el surgimiento formidable de la Guerra
de los diez años en la que aquella élite,
convencida de la incapacidad rectora de su metrópolis,
arrastra a una lucha al resto de la población y en diez años sacrifican
toda su riqueza, desaparece, pudiéramos decir, la propiedad de
manos de los cubanos con el funesto régimen de la Administración de bienes de
infidentes, que sirve para despojar a los patriotas y enriquecer
a una tribu famélica de advenedizos metropolitanos que
destruyen la base ancha de la nacionalidad.
Culmina este periodo con la Tregua o Pacto del Zanjón, en
el que analizando sus cláusulas encontramos una
cláusula económica de ancho contenido humanista,
como lo es la estipulación contenida en el artículo
tercero, fijando que los esclavos negros y los colonos
asiáticos que hubieran combatido con las armas en la mano
por la independencia de Cuba serian libres.

Aportes a la Educación.

En cuanto a la educación la Sociedad
Económica Amigos del País se ha destacado desde su
fundación y se ha anotado resonantes triunfos: la
nobilísima función educacional desenvuelta desde el
Padre Varela hasta nuestros días, modernizando y adaptando
todos los problemas de esta rama fundamental de la nacionalidad.

En 1862 la población de Cuba llega a
millón y medio de habitantes entre los cuales alrededor de
las dos terceras partes eran libres y el resto
esclavos.

La Sociedad cubana integrada por diversas capas, se
encontraban fundamentalmente dirigida por una élite
intelectual constituida por los poseedores de la máxima
riqueza territorial, que aunaban a su vez el máximo de
capacidad productiva y se sentían completamente
compenetrados con la tierra en que habían nacido,
estimándola como su verdadera patria.

Esta ancha capa lucha heroicamente por el
desenvolvimiento paulatino de aquella colonia, a fin de
convertirla en una verdadera nación:
lucha por la integración de una colonización
blanca libre para abolir la mano de obra esclava, creando un
campesinado independiente por su capacidad financiera; y es el
principal exponente de ella don Francisco de Frías, conde
de Pozos Dulces.

Terminando este esfuerzo heroico, ha decaído al
compás de la Sociedad cubana, la Sociedad Económica
Amigos del País. Sus mejores hijos han sacrificado su vida
en los campos de la independencia o el exilio.

Sus órganos de publicación desaparecen y
encontramos que con el nacimiento de la verdadera lucha de
carácter político, agotada la riqueza cubana y la
que queda detentada por los extranjeros, la Cuba forjada ya por
una larga lucha, de un pueblo con economía propia, se ve
totalmente desposeída de sus riquezas principales y
deviene en proletaria.

Esta proletarización del pueblo, unifica el
sentimiento nacional, pero cambia el aspecto de la lucha
económica en un aspecto meramente político, en el
que se espera obtener el resarcimiento de la cubanidad en el
concierto de la comunidad internacional por la mera lucha
política.

Dividiéndose la opinión
pública en dos bandos: los autonomistas, que a pesar
del incumplimiento por España de las promesas políticas
del Zanjón, pretenden obtener de esta el gobierno propio,
por dudar de la posibilidad de existencia como nación
independiente, y, el grupo revolucionario, convencido de la
verdad de que solo la independencia
política podía propiciar con la creación
de la Republica independiente, la verdadera integración de
la nacionalidad. En cuyo ultimo grupo, y aunque influido por los
factores políticos, se nota el observador de nuestros
problemas económicos que con claridad enfoca en su obra
este aspecto, el apóstol José Martí.
La vida de la Sociedad Económica Amigos del País es
una vida lánguida en etapa. Los valores
económicos han sido relegados a un segundo término
y las más preclaras inteligencias, desde el Zanjón
a 1895, brindan sus esfuerzos a la política.

La Sociedad Económica Amigos del País que
no debe manifestarse sino en el campo técnico y
científico que su elevada jerarquía demanda un
mantenimiento lentamente los escasos valores
económicos y estadísticos, los cuales preserva por
su ulterior desenvolvimiento y es uno de los momentos mas
difíciles de su vida, en que, como crisis
institucional de la propia nacionalidad, solo aparece, como
demostración palpable de la comunidad de sentimiento que
integra la nacionalidad cubana, la admisión en su seno de
una persona
perteneciente a la raza de color, hecho este
que recoge nuestro Martí
como una actuación valerosa de la Sociedad
Económica Amigos del País.

El factor económico, sin embargo, es tan
básico al factor político heroico, que una mente de
la sagacidad del Apóstol, analizando las causas que
motivan las distintas intentonas de independencia, desde el
Zanjón hasta 1895, señala la urgente necesidad de
"sustituir el desorden económico en que agoniza Cuba" y
nos lleva como nos dice en el Manifiesto de Monte Christi, a una
guerra para fundar la nacionalidad en el crucero del mundo, con
un pueblo libre en el trabajo, rico e industrial.

La revolución
la desenvuelve en uno de los momentos en que se produce una falla
en el régimen de relativa estabilidad económica de
que ha disfrutado Cuba durante la vigencia de los tratados entre
España y los Estados
Unidos.

En esos periodos en que la propaganda
política es mas intensa, ésta, indudablemente,
opaca la labor de la Sociedad Económica Amigos del
País.

El momento es de lucha y no de estudios y en el ardor de
la polémica es cuando se debaten los altos intereses
políticos. La Guerra de Independencia, frustrada en sus
ulteriores designios por la intervención de una tercera
potencia,
encuentra a la Sociedad Económica Amigos del País
en situación casi agónica.

La ocupación militar americana y el surgimiento
de la Republica Mediatizada nos ponen de manifiesto las verdades,
la importancia decisiva del factor económico en la
integración de la patria.

Cuba, cuyos problemas enfocados por la Sociedad
Económica Amigos del País, planteados en la junta
de información, lejos de ser resueltos
habían sido agravados, cuya economía está
totalmente destruida y arrasada, y cuya actuación
política constitucional se encontraba interferida por la
ingerencia de una nación poderosa cuyo imperialismo
naciente se desbordaba sobre la misma, olvida a sus sabios
economistas, a sus Frías y Ramírez y en aquel
momento en que su mas alto espíritu literario luchara por
el mantenimiento como ley de la
Republica que prohibía la venta de tierras a extranjeros,
en que el libertador, habiendo sido arrasado con nuestra riqueza
propia, pues ya no las detentaban las manos cubanas, trató
de restablecer la economía de la "Cuba pequeña", o
sea una Cuba capaz de alimentarse a si misma, en que cada
ciudadano encuentre en su hogar la carne, el arroz, y los otros
alimentos que
necesita; fue derrotado por las fuerzas arrolladoras del
imperialismo que reclamaban tierras para inversiones.

La Sociedad Económica Amigos del País
despierta de su letargo cuando han ocurrido graves crisis en la
Nación. Podemos decir que la labor mas importante que
desempeña en esta etapa es una labor educativa con el
mantenimiento de las instituciones escolares gratuitas,
conservando los factores de la renovación cultural que
había de surtir sus efectos en la generación nacida
en aquellos días, en los momentos en que llegase a la
plenitud de su vigor juvenil. Renacen sus aspectos culturales con
la nueva publicación de su Revista Bimestre Cubana, en la
que se desenvuelven amplios problemas de carácter
económico.

La república ha sufrido una marcha vacilantes y
torpe, carente de contenido económico su
legislación, y las ultimas riquezas que le quedaban: la
tierra y el trabajo, han desaparecido totalmente, la primera por
su venta al extranjero, y la segunda, por la importación de brazos esclavos para el
latifundio azucarero, para el monocultivo poderoso, que arrastra
la Republica con sus altibajos de precios a la
más negra miseria. Paralelamente con esa marcha
errónea en lo económico se acentuaron los males
políticos ligados y superpuestos a esa absurda
economía y cada uno de los regimenes que se van sucediendo
determina la consagración de otro régimen que con
manifiesta burla de los derechos políticos
suprime las libertades públicas.

El desconocimiento de los factores económicos era
grande. La cátedra de Economía Política
había desaparecido de los planes de enseñanza de
todos los centros oficiales y solo permanece en la escuela de
Derecho
Público de la Universidad cuyos alumnos no llegan a
quince o veinte al año. Va sin embargo cediendo el campo a
los estudios que propicia esta entidad, y aparecen los trabajos
sobre las conveniencias de la diversificación, los
problemas de los Tratados Comerciales y de las modificaciones de
los aranceles de
Aduanas.

Este renacimiento de
dichos estudios auspiciados por la Sociedad Económica
Amigos del País orienta la oposición al
régimen dictatorial.

Se produce entonces, notablemente aumentado por el
factor económico de la depresión
mundial, el ultimo de los ciclos evolutivos de esta época,
surge la agitación, primero política y luego
general.

La llamada lucha política
económica de 1930 a 1933, en donde por primera vez,
junto a la revolución armada y presidiéndola se
determina la caída de un gobierno por la
paralización total de las actividades
económicas.

Este ciclo de síntesis
es un ciclo abierto en el año 1930 que dura toda una
década de lucha sangrienta en que se produce la ineludible
actuación política económica, cuando el
gobierno revolucionario de 1933, atendiendo a las necesidades
imperiosas de la colectividad, plantea y obtiene en la
Séptima Conferencia
Internacional de Montevideo la abolición del derecho de
intervención de las potencias en las luchas internas de
las nacionalidades e intenta rescatar la tierra por el Decreto
102 bis, de Enero 8 de 1934, y la nacionalización del
trabajo mediante el Decreto de 8 de Noviembre de 1933. Esta
actuación es la creación de las dos medidas
políticas matizadas de contenido económico en que
se han tenido en cuenta las sugerencias de todo ese largo
trabajo, casi pudiéramos decir, oscuro y silencioso, de la
Sociedad Económica Amigos del País en su Revista
Bimestre.

Pero esta obtención de síntesis
político – económica no es más que el
rescate de dos de los factores principales de la nacionalidad.
Uno de ellos, el de la tierra, frustrada su implantación
por el derrocamiento del gobierno que promulgó dicha
medida, obteniéndose en la Carta
Constitucional de 1940, al consagrarse en dicho texto la
importancia de la economía en la política. Tienen
en su carta
constitucional, al lado de los clásicos derechos
individuales, la regulación constitucional del trabajo de
la propiedad, prescribiéndose el latifundio y
declarándose de propiedad estatal el subsuelo nacional. Y
no bastando esa declaración de derechos se señala
en sus últimos artículos la orientación de
la economía nacional.

Recoge los viejos principios para la creación del
Banco Nacional que arranca de los trabajos fundamentales que
hemos expresado del ciclo económico de 1968, formulados
por la Sociedad Económica Amigos del País y
recogidos y ampliados con los más modernos de los sentados
por las diversas monografías magistrales de la Sociedad
Económica Amigos del País, publicados por su
Revista Bimestre.

En cuanto al trabajo, se consagra la preferencia al
nativo y se fijan las reglas mas completas sobre
legislación social, coordinando los principios de empresa
individual con la intervención estatal en estos
problemas.

En este último periodo la actuación de la
Sociedad Económica Amigos del País es fundamental
para la estabilidad de la nación.

Los estudios presentados por la misma nos recuerdan la
trascendencia nacional de aquellas Memorias de la Sociedad
Económica Amigos del País en su edad de oro y en ellas
tienen amplias soluciones los difíciles problemas de la
economía nacional, la planificación estatal de las industrias; la
síntesis del Monocultivo y la diversificación; y
podemos decir que durante toda esta ultima etapa la Sociedad
Económica Amigos del País ha sido a través
de su órgano, la Revista Bimestre Cubana, la orientadora
de estos pilares básicos de la nacionalidad, sin los
cuales no pueden subsistir los pueblos cultos, y máxime en
los momentos de crisis de valores llegando a las conclusiones
siguientes:

  • La patria tiene su raíz en la
    economía.
  • La economía sola no crea la
    nación.
  • Los valores económicos condicionan los valores
    políticos, que a su vez por reacción los
    modifican.
  • La Sociedad Económica Amigos del País,
    refugiada y limitada a los valores económicos, salva la
    raíz de la nacionalidad, en los momentos iniciales de la
    misma y la fortifica y consolida en su plenitud
    actual.

Sociedad de Conferencias.

Una iniciativa que tuvo gran resonancia dentro de la
vida intelectual de Cuba fue la fundación de la sociedad
de Conferencias de la Habana que dio comienzo a sus trabajos el 6
de Noviembre de 1910 con una disertación de Jesús
Castellanos sobre Rodó y su "Proteo",

  • Se debió a los empeños de Jesús
    Castellanos y Max Enrique Ureña.

La labor realizada por la Sociedad Económica
Amigos del País representó en su día un
noble y sostenido esfuerzo en pro de la cultura pública.
Las disertaciones que allí se efectuaban
constituían una excelente aportación al estudio de
la vida del pensamiento en
Cuba.

De 1910 a 1914, cinco años de gran actividad, ya
que desfilaron por su tribuna relevante personalidades de la
época:

  • Jesús Castellanos.
  • Max Enrique Ureña
  • Rafael Montoro.
  • Fernando Ortiz.
  • Emilio Roig de Leuchsenring.
  • Enrique José Varona.
  • Jesús Castellanos.
  • Néstor Carbonel.

Las conferencias tuvieron vasta difusión por
medio de la prensa diaria que las hacia llegar a todos los
extremos de la isla.

Durante el gobierno del presidente José Miguel
Gómez fueron creadas a propuesta de Mario García
Kothy que tenía a su cargo la cartera de
Instrucción pública, la Academia de la Historia
(decreto 20 de Agosto de 1910 y la Academia de Artes y Letras
(decreto 31 de octubre de 1910).

La Academia de la Historia cuyo primer presidente fue
Evelio Rodríguez Lendian rindió una labor que puede
calificarse de útil y fecunda, no solo por sus
múltiples trabajos de investigación sino
también por la publicación de obras que
permanecían inéditas como:

  • El Sentón Epistolario de Domingo del
    Monte.
  • La historia de la isla y Catedral de Cuba por Pedro
    Agustín Morell de Santa Cruz.

Conclusiones.

La Sociedad Económica Amigos del País ha
sido muy útil para Cuba y para los habitantes de la isla,
a pesar de las vicisitudes que atravesó,
institución volcada en ansias avancistas en función
del servicio social, constituyendo factor indiscutible de
progreso, independientemente del tiempo. Constituyó como
ninguna otra a la expansión y tecnificación
económica, impulsó la riqueza azucarera,
estimuló la tabacalera, la cafetalera, la ganadera y
luchó por la libertad del comercio, expandiendo y
diversificando las fuerzas productivas del
país.

La Sociedad Económica Amigos del País fue
la llave que abrió la puerta para que nuestro pueblo diera
los primeros pasos hacia el desarrollo y el bienestar
apoyándose en el desarrollo de la cultura, la
educación.

La clave del vigor y los prestigios de la Sociedad
Económica se debe a haber mantenido vivo su
espíritu de cubanía y progresismo. Ha sido una
institución centralmente ocupada de los destinos
colectivos como base de la nación.

Todo esto lo resume Rafael Montoso en una de sus
frases:

…La historia de los Amigos del País,
está escrita para siempre en la piedra de nuestros pocos
monumentos, en la tradición de nuestras escuelas, en
nuestros ferrocarriles, en las instancias de nuestros
benéficos asilos, en las fabricas de nuestros ingenios, en
el ondulante mar de sus campos de caña, en el desarrollo
del libre comercio, y
como estela mas luminosa todavía en la idea de la
cívica dignidad, de
noble entereza, de amor a la
libertad y al progreso que formaron la conciencia de
nuestro pueblo.

Bibliografía.

  • La obra de la Sociedad Económica de Amigos
    del país de la Habana. La Habana, Molina y
    Compañía, Muralla 313-315 1945. Discurso
    Leído por el Dr. José Portuondo y de Castro en
    la sesión solemne celebrada el 9 de enero de
    1945.
  • Carrillo Hernández, Justo. Educación
    y Economía: Dos trascendentes tareas para los Amigos
    del País. Separata de la Revista Bimestre cubana. Vol
    LXXII Enero – Julio – 1957- La Habana –
    Cuba.
  • Martinez Sánchez, Carlos. Vida y
    Espíritu de la Sociedad Económica Amigos del
    País. Edición 1957.
  • Montoro Valdés, Rafael. Compendio de la
    Historia de la Sociedad Económica Amigos del
    País. 1930.
  • http://www.seap.cult.cu/
  • http://bvs.sld.cu/revistas/his/vol_1_96/his05196.htm

 

 

 

Autor:

Yaumara Esquivel Rodríguez

Luís Raúl Montoto
Gutiérrez

Comunicación
Social.

Escuela: Felipe Poey Aloy.

Asignatura: Comunicación y Sociedad Cubana.

Profesora: Beatriz Megly

Partes: 1, 2
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